La piel con tendencia atópica es una piel intensamente seca, áspera y tirante, por lo que no siempre es fácil distinguir lo verdadero de lo falso.
La dermatitis atópica desaparece con el tiempo:
Verdadero y falso: Para algunos niños, dura sólo unos pocos meses, para otros unos pocos años y, a veces, rara vez, dura hasta la edad adulta. Es imposible de predecir. Cuando afecta a los adultos, se localiza en diferentes áreas, como los párpados, las manos y los pliegues de rodillas y codos.
La dermatitis atópica se desencadena por un shock psicológico:
Falso. Las emociones, el estrés, las impresiones fuertes, pueden influir en la frecuencia o severidad de las crisis, eso es un hecho. Pero por otro lado, el origen de este padecimiento está en la herencia genética.
La dermatitis atópica puede ser contagiosa:
Falso. Es una enfermedad inflamatoria de origen genético, no hay contagio posible.
Se recomienda secar el cabello después de la ducha:
Falso. ¡Al contrario! Secarlo ataca la piel, destruye la película hidrolipídica y agrava el estado de sequedad.
¿Qué puedo hacer por mi frágil piel en invierno?
¡En invierno no hay descanso para la atopia!
En esta piel naturalmente frágil, mal protegida y seca, el frío causa daños. Ataca la ya débil película hidrolipídica y no se puede confiar en la transpiración para fortalecerla. Más que nunca, hay que hacer uso de productos de higiene y cuidado hechos a medida, además de los tratamientos médicos, donde debemos centrarnos en suavizar la vida diaria. Estos productos deben ser altamente emolientes y calmantes y estar libres de perfume y alcohol.
Algunos consejos para vivir bien con una piel con tendencia atópica:
Lavar, pero con suavidad: Es importante desechar productos que produzcan mucha espuma. Con cremas, aceites o barras dermatológicas se puede ayudar a mejorar el confort de la piel con tendencia atópica.
Monitorear el tiempo de contacto con el agua: Debe ser mínimo, es decir, una ducha de 5 minutos al día, no más.
Tener cuidado con el secado: limpie pero no frote, con una toalla idealmente secada en secadora para mayor suavidad. Evitar suavizantes.
Hidratar dos veces al día es esencial para proteger la piel, hidratarla y reformar la película hidrolipídica. En invierno, las ricas texturas de los bálsamos son generalmente más apreciadas. Y aunque la piel esté cubierta con ropa, no hay que descuidar ninguna parte de ella. Por la mañana para protegerse del frío, por la noche para hidratar y nutrir.