¿Tienes pendientes nuevos? ¿Usas un limpiador para tareas domésticas? ¿Tu hijo ha cambiado de shampoo? El eccema (o dermatitis) de contacto es el resultado, como su nombre lo indica, del contacto de la piel con una sustancia alérgica. Te damos algunos consejos para identificar la causa de la alergia, pero no dudes en consultar a un dermatólogo o a un alergólogo para evitar futuros brotes.
pueden transcurrir antes de una reacción*
es la duración media de los síntomas*
fases: una fase de sensibilización y una fase de revelación*
Se trata de una inflamación de la piel cuando esta se ha encontrado con un alérgeno. Una vez que se realiza el diagnóstico (y después de descartar el eccema atópico como causa de los síntomas, ya que es un tipo de eccema totalmente diferente), hay que identificar el agente causante. ¿Tú o tu hijo han utilizado recientemente esmalte de uñas, ropa o perfume? ¿O han tocado pintura o aceite de uso industrial? No dudes en hacer una lista de los productos que has utilizado recientemente y en mirar la etiqueta de los productos para detectar posibles alérgenos. Algunos materiales pueden provocar reacciones alérgicas: metales, plásticos, fibra de vidrio o ciertos tintes. Por lo tanto, también hay que hallar al culpable de la reacción alérgica.
Para empeorar las cosas, puedes volverte alérgico de pronto a un producto o sustancia que solías tolerar muy bien. El eccema de contacto puede aparecer ante el más leve contacto con el alérgeno, sin que haya habido nunca una alergia. Algunas profesiones, sin embargo, están más expuestas a productos químicos alergénicos (oficios de la construcción, peluquería o sector de belleza), lo que aumenta las posibilidades de desencadenar un eccema de contacto alérgico algún día. Si esto te incluye, lo mejor es que uses equipo de protección o guantes como precaución.
Las ronchas aparecen, en promedio, tres días después del contacto con los alérgenos. Este período puede ampliarse a 10 días si se trata del primer contacto de la piel con el alérgeno. Por lo tanto, es posible que haya que retroceder un poco para averiguar qué es lo que no ha tolerado la piel, lo que a veces dificulta la identificación del factor desencadenante.
Llevaba unos meses utilizando un nuevo producto doméstico ligeramente agresivo. Mis manos estaban cubiertas de ronchas. Me llevó algún tiempo identificar el problema. Traté mi eccema y, luego, usé guantes y cambié mis productos de uso doméstico. ¡Y todo volvió a la normalidad!
